Purpurina

piloto

- Está es una realidad alterna, una que he creado yo misma a lo largo de mí vida, empezó cuando tenía 14 años. Las personas empezaron a notar que había un comportamiento nada adecuado en mí, es como si cada día estuviese naciendo de nuevo y teniendo una nueva personalidad, 
Me hacía sentir insaciable cada vez que actuaba de una forma diferente, cuando llegaba de la escuela y papá estaba justo allí, listo para destrozar me con sus ofensivas palabras pues yo de alguna forma me defendía o como otros días, solo iba directo a mí habitación a inalar algo de purpurina. Así le llamaba yo a la cocaína inventada por mí, era un polvillo brillante a lo que algunos le llaman (brillantina o escarcha), la sensación era incómoda cuando pasaba por tus fosas nasales, pero cuando llegaba al punto, es cuando realmente jamás te querías ir de ese hermoso planeta al que viajabas por un instante... Si, por un instante.

Lo estuve haciendo por mucho tiempo, al principio cómo les decía, era por el terrible comportamiento de papá, luego por lo asqueroso que me parecía el mundo y todo aquello que veía cuando solía salir de casa para ir algún lado. Hasta que... Hasta que la púrpurina se volvió parte de mí y era un caos separarla de mí lado.
A los dieciocho papá estuvo espiandome, según el lo hizo durante un mes, yo calculo más o menos desde que me desarrollé, el punto es que descubrió según él, "la razón de mí comportamiento"
La púrpurina, vio como lo hacía todas las noches y parte de la tarde en mí habitación, cómo inalaba ese polvillo color púrpura y a veces los restos me los acababa comiendo como si fuese azúcar o algo así. Discutimos al punto que me dio mí primera sobredosis y de inmediato me llevo al hospital, ese momento fue algo graciasioso por qué resulta que los médicos no están acostumbrados a atender pacientes que se drogan con escarcha color púrpura entonces tendrían que dejar que se me pasará el efecto.

Le recomendaron a mí padre el mejor especialista en psicología de la ciudad, y así fue como acabe en un maldito sitio de terapias. Recuerdo que me hacía preguntas como: ¿Cómo estás el día de hoy Verónica?, ¿Cuéntame qué es eso que tanto te afecta?, ¿Crees que es algo del pasado?, ¿Por qué intentas drogarte con..?. Y allí, justo allí se detenía por qué en realidad no sabían que pensar de mí, no sabían si estaba loca o si en verdad había algún problema en mí que se podría arreglar. Nunca respondí, semanas después papá me internó.

Estuve 6 meses en reabilitacion, seis meses perdidos por qué al llegar a casa de nuevo la felicidad de desaparecer y viajar a otro lugar que ni fuese alguna parte de la tierra, estaba allí esperando en mí habítacion, por mí. Una noche mientras me miraba al espejo y maquillaba mis ojos para salir con Khallep, mí estupido novio que no servía exactamente para nada pero que aún así una parte de mí lo amaba por estar allí, la ventana de mí cuarto se abrió alguien con sudadera negra entró y entonces pregunté de inmediato. Verónica:- ¿quien carajos eres?.

- ¡Hola Verónica!, Lamento no llegar por la puerta pero no quería que tu padre hiciera preguntas.

Verónica:- ¿Marina?. No me hablas desde que cumplí 16 años, ¿por qué apareces ahora y justo como un secuestrador o algo así?.

Marina:- lo sé, lo siento, estuve ocupada con otras cosas pero te aseguro que esas cosas se tratan solo de mí, no te cambie por alguien ni nada. Solo, solo me alejé por qué me estaban pasando cosas extrañas y inexplicables.

Verónica:- supongo, que es algo que no puedes contarme?.

Marina:- Verónica ahora estoy muy deprisa, pero prometo contarte cuando vuelva ok. Necesito que me prestes tu automóvil, no prometo traerlo en buenas condiciones pero al menos prometo volver y contarte lo que me ocurre.

Verónica:- okei...

Le di las llaves de mí carro y le desee suerte a lo que sea que valla hacer Marina, fue mí mejor amiga desde el primer curso, pero cuando entre al cuarto año y cumplí mis 16, Marina empezó a alejerase de mi hasta el punto que dejamos de hablar. En fin, esa noche salí a divertirme con Kahllep, fuimos por helados de pistachos con lluvia de colores y un poco de purpurina. Kahllep tenía un extraño comportamiento, en la escuela parecía estar muy feliz, pertenecía a una banda de rock de la escuela llamada"KeepCallRock"
Y siempre lo veía muy alegre tocando y cantando canciones pero cuando llegaba a casa recibía algún mensaje diciendo que se sentia solo, que no podía dormir aún que tomara medicamentos para el insomnio o que solo no quería hablar con nadie más que conmigo, a vecescuando le preguntaba que si había cenado
Solo decía que no tenia apetito. 

Esa noche quise preguntarle si algo andaba mal en su vida y que si yo podría ayudarlo en algo, me contó que su madre había fallecido y que su padre no podría viajar para empezar a vivir con él y su abuela ya que tenía otra familia para encargarse. Ni siquiera pudo terminar de contarme lo que le ocurría cuando lágrimas empezaron a correr por sus mejillas hasta llegar a la barbilla, 
Le di un abrazo y le dije que nunca debia sentirse solo, pues yo estaba allí cuando necesitara a alguien o cuando simplemente se sintiera agobiado y que no había solución para dejar de sentirse así. Fue una larga noche de charla mientras caminabamos por la ciudad y veimaos como las personas después de una larga jornada laboral se marchaban a sus casa, otros simplemente caminaban sin ningún rumbo. Esa noche, cuando llegue a casa no podía dormir, no podía sacar de mí cabeza como se sentía Kahllep, sentía mucha culpa por qué en realidad no podía hacer más nada que solo darle un buen consejo que por cierto no iba ayudar mucho que digamos, 
Papá no siquiera fue digno de preparar algo de cena para los dos, estaba dormido y muy hebrio en el sofá con un montón de botellas de cerveza regadas por el suelo y en encima de él. Estuve varios minutos mirando al techo y luego empecé a sentir esa sensación, quería purpurina, quería inalar todo lo que podria aguantar mí cuerpo y así fue, ni siquiera podía ver algo que no estuviese en movimiento.

Las paredes, ,la ventana y el pequeño monitor que estaba en la esquina del cuarto, todo estaba girando y de color púrpura, luego pude ver cómo cambio más a morado combinado con azúl. Estaba tosiendo, bebí toda una garrafa de agua que solía llevar a mí cuarto antes de irme a dormir y que caí al suelo. Cuando desperté eran exactamente las 7:40 a.m
Y papá estaba parado en la puerta.

Papá:- ¿no sé que es lo que debo hacer contigo Verónica?.

Lo observé por unos segundos, quería arrojarle cualquier cosa a la cara y no sabía por qué. Papá estaba enojado y tenía razón para estarlo así que lo más justo sería es darle la razón.

Verónica:- ¿crees que debes hacer algo?.

Papá:- ¡maldita sea!, ¡Soy tu maldito padre!. Quiero ayudarte pero no te dejas.

Verónica:- ¡eso no te da el derecho de quererme ayudar!, ¿Nunca te has preguntado si es eso lo que en verdad quiero?. Quizás... Quizás solo quiero seguir así hasta el final.

Papá:- Verónica... Yo, yo te quiero. No quiero que mueras.

Verónica:- ¡me importa un carajo!, Para mí no es suficiente que me lo digas.

Papá:- ¿dime qué debo hacer entonces?.

Verónica:- ya es tarde, ya no quiero que hagas nada.


Entonces se tiró al suelo conmigo y me abrazó llorando, no paraba de decir que lo disculpara por ser un asco de padre pero... No podía sentir nada, ni siquiera un poco de lástima al menos. También lance mis brazos hacía el pero solo para que no se sintiera solo. 
Cuando tenía 12 años y empecé a notar el entorno donde solía estar todo el tiempo, pude notar que de inmediato debía hacer algo para cambiar las cosas o al menos debía haber algo que me distrajera de lo que veía la mayor parte del tiempo. Entonces allí descubrí la purpurina, la purpurina era la clase de efecto en mí que podría sacar cad vez que no quería estar aquí o en cualquier otro lugar del cual quería desaparecer. Probablemente hayan muchas razones para decidir cómo llevar tu vida de una buena manera, pero sentía que no era yo la que debía cambiar lo malo, mis decisiones eran correctas pero las decisiones y comportamiento de otros era lo que realmente estaba mal, tanto que solía afectarme a mí.

Cuando cumplí 19 años kahllep me regaló un pastel de dos pisos decorado con una imágen de nosotros de nuestro primer mes cómo novios, en verdad no me lo esperaba.
Kahllep no era tan creativo como para regalarme algo así, mientras comíamos nuestro groso del pastel, recibí una llamada del 9-11 Se trataba de mí padre, había sido arrollado mientras perseguía a un ladrón que le arrebató su billetera mientras salia de su trabajo. De inmediato fui al hospital donde lo tenían junto con kahllep, los médicos dijeron que estaba algo grave ya que en el impacto se había golpeado muy fuerte la cabeza,
Me sentía muy angustiada he inquieta
Pero recordé que tenía un sobre de purpurina en mí bolsillo y entonces le pedí a kahllep que se quedará por si mí padre despertaba mientras yo iría al baño.


Mientras inalaba y sentía los efectos, no paraba de moverme en círculos. Entonces una mujer apareció y dijo. 

- Verónica, sé que crees que no hay una buena solución o alguna salida.

Verónica:- ¿madre?.

Mamá:- tienes que parar.

Verónica:- llevo esperando saber eso desde el maldito día en que empecé. Pero seamos honestas, quizas no deba hacerlo.

Madre:- ¿quizás?, Verónica yo no regresaré, tu padre no dejará de ser un maldito alcohólico de mierda y kahllep no será feliz solo por que tu inales esa porqueria que según tú, te lleva a un lugar donde las cosas son como tu realmente quieres. No te has dado cuenta, exactamente éstas convirtiendote en lo que quieres cambiar.

Verónica:- ¡¿Cómo sabes que es lo que quiero cambiar madre?!. ¡Tú! ¡Ya no existes!... No estás aquí, esto es parte del efecto.

Mamá:- tienes razón, soy parte del efecto... Sobre lo que tú quieres cambiar, solo lo sabes tú.

Me lancé al suelo, Kahllep entro al baño muy angustiado y llorando.

Kahllep:- ¡Verónica!, Tu papá...

Se había ido... también papá se había ido y lo último que hice fue rendirme, pensar en lo peor, debí estar allí con la frente en alto o al menos solo estar ahí y no lo hice. Un día después, estando en el cementerio
Quería estar sola y poder darme cuenta de que en verdad debía hacer algo bien para poder cambiar las cosas, justo como dijo mamá y así fue, semanas después cuando el semestre acabo le pedí a kallehp que se quedará a dormir en mí casa y que la cuidara mientras viajaba al norte, fui a una vieja cabaña que solía llevarme papá cuando mamá murió. Era un lugar especial para ellos en su momento de juventud cómo pareja, mientras estaba allá solo pensé en cómo estuve actuando todo este tiempo y en la terrible decisión que tome para "cambiar" las cosas, las actitudes de mí padre no era mí culpa, ni la muerte de mí madre y los problemas de Kahllep tampoco, pero los quise conmigo 
Quizas quería alguna excusa para que me importara algo en realidad, ¿cómo es que no podía importarme nada?, Ese era mí estupido problema, que solo quería hacer cosas pero que no todas tuvieran algo importante que decir de mí...


"Verónica murió 1 mes después de la muerte de su padre, una fuerte sobredosis la atacó mientras estaba en su habitación".


Fin



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